jueves, 2 de octubre de 2014

"Pequeños detalles"

"Pequeños detalles"

Lo primero que te llama la atención de Barcelona son los "pequeños detalles", sí, ya sé, que también llama la atención la Pedrera o la sagrada familia o la torre Agbar o que tenga mar... pero para mi fueron aquellas pequeñas diferencias las que más me llamaron la atención:

El ancho de sus carriles: Aquí meten cuatro donde en madrid meten dos, y circular con un coche supone tener la sensación de que vas a ir rompiendo retrovisores en cada rebase.

Las esquinas en "chaflán": En todo el Eixample, las esquinas están truncadas, formando chaflanes, que hacen que tengas que caminar más para cruzar dos calles, pero convierten los cruces en ámplios espacios y más luminosos que una esquina convencional de Madrid.

Los turistas: A cientos, a miles, por todos lados a todas horas. Y es que Barcelona recibió en 2012 5.4 millones de llegadas internacionales (Sin contar el turismo interior) mientras que a Madrid llegaron 4,1 millones de turistas internacionales*.


*Fuente: Aquí

Y muchas otras, pero, por último, y podéis llamarme raro, también me llamaron la atención los porta-poleas.


Resulta raro ver esta herencia de un pasado de mudanzas a polea, de muebles en carromatos y colchones anudados.

Algunos sencillos y otros a juego con el modernismo de sus fachadas, pero todos testigos de la transición al mundo moderno, del paseo tranquilo a la máxima amortización del tiempo, del trabajo manual (y muy sufrido en este caso) a la tecnología. 


Vaya desde aquí mi homenaje a aquellos "mudanceros" que se dejaban la espalda y el sudor, a golpe de polea, para decorar los pisos de esa burguesía industrial y próspera que vivía en esta zona. A aquellos que ahora, con suerte, mirarán a sus colegas actuales, con sus trailers y sus elevadores, mientras piensan "¡Ay, muchacho, si yo te contara¡" o "¿Si se te jode la grúa esa, qué vas a hacer, noi?".


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